Toda persona que gusta de escribir ha sido antes una gran lectora. Desde siempre, recuerdo las paredes de mi casa bien vestidas con libros. Con libros leídos, tocados, repasados. Libros que cuartean por los lomos, de páginas sueltas y bailonas. Esos libros que no se pueden tirar porque los conoces de toda tu vida, y a ellos vuelves de tanto en tanto.
Estos libros y sus autor@s dejan su marca indeleble cuando decides escribir. Te guían a través del género que elegirás, de las historias que crearás y del lenguaje que usarás. Son tus influencias como escritor@ y a ellos les deberás las palabras que escribas. La página de inicio de este blog arranca con una cita de J.R.R. Tolkien. No creo sea preciso añadir mucho más sobre cuáles son mis influencias más profundas.
Tardé un poco en llegar a la literatura fantástica. De pequeña me gustaban las fábulas clásicas tanto como las aventuras de ‘Los Cinco’ de Enyd Blyton. Ahora me acuerdo de cuánta rabia me da haber perdido esta colección… (cosas de las mudanzas). También era fan de las publicaciones del Barco de Vapor, creo que estos los ha leído todo el mundo. Más tarde, adolescente de instituto a finales de los ochenta, me pasé a la ficción, en parte por lo que el profe de Literatura nos pedía para clase. Aquí entran ‘La Ciudad y los perros’ de Vargas Llosa, ‘Los renglones torcidos de Dios’ de Torcuato Luca de Tena, o ‘Juan Sebastián Gaviota’ de Richard Bach. También pasé por cosas como el thriller americano, un clásico centenario como ‘Las mil y una noches’ y otro milenario como el ‘Kama-sutra’ (va de amor la cosa, mentes perversas). Ya en la universidad, llegó a mi vida la ciencia-ficción. Aún tengo el primer libro de este género que me impresionó de verdad, ‘En un lugar llamado Tierra’ de Jordi Sierra i Fabra. Me impresionó en todos los sentidos de la palabra, porque me cambió por completo la forma de pensar, y cualquier otra ficción que no fuera científica dejó de interesarme.
Hasta que ‘El Señor de los Anillos’ apareció en mi vida. Apenas recuerdo de dónde salió el volumen que recoge los tres libros y que guardo como oro en paño en mi biblioteca particular. Pero lo tengo (mi tesoro) y soy feliz. Lo he leído muchas veces y he completado la colección de Tolkien con todo lo que este genio ha creado: ‘El Hobbit’, ‘El Silmarillion’, ‘Bestiario’, ‘Los Hijos de Húrin’. Quizá será esta la herencia más preciada que deje a mis descendientes. Sobre Tolkien poco puedo añadir que no se haya dicho ya, salvo expresar mi absoluta convicción de que, en el mundo de la literatura fantástica, Tolkien es Dios. De él he tomado incluso costumbres a la hora de trabajar, como anotar a mano o dibujar yo misma mapas, prendas de ropa o criaturas.
Después de Tolkien seguí con otras firmas de este género. Terminé así construyendo una buena colección de literatura fantástica que se esparce por la paredes de mi salón y mi dormitorio, y a la que vuelvo, ya lo he dicho, de tanto en tanto.
La literatura no es lo único que me alimenta como escritora. Otras influencias significativas están relacionadas con mis gustos en otras áreas de la vida. El cine o la música, por ejemplo. Como buena Escorpio, me siento atraída por lo sobrenatural: los asuntos de la magia, el contacto con otro mundo, lo profético, despiertan mi lado brujil con fuerza. También las mitologías, como la griega, la escandinava, la celta, la inuit, la que sea; y las leyendas, especialmente la artúrica, me han interesado desde que tengo memoria.
Estas son, en buena parte, mis influencias, que yo misma veo reflejadas en mis propias frases.
Y, ahora, dime: ¿Cuáles son las tuyas?
Uno de mis primeros libros fue mujercitas, historia de los inventos y Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Luego ha llovido mucho y en estos momentos libros infantiles que cuento a mis nietos.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Gracias por tu comentario, me has hecho recordar cosas. ‘Mujercitas’ es prácticamente obligatorio, yo también lo he leído. Fue la época de ‘Heidi’ y ‘Esther’. A Robinson todavía lo tengo por aquí, lo guardo para mi hijo que todavía no tiene edad.
Me gustaLe gusta a 1 persona