Nubes de humo nacen en la línea del horizonte.
Las llamas lejanas son altas y brillantes.
El humo besa el cielo.
Olas tiznadas de engrudo, preñadas de plástico y peces muertos.
Lluvia de pájaros desplumados, de cuerpos achicharrados.
Chillidos en la noche de animales moribundos.
Cadáveres de muchas patas.
Cadáveres deformes amontonados en huecos y caminos.
Hace calor.
Sopla aire frío.
Cae agua templada de color marengo.
La lluvia es fina y cala los huesos.
El agua cae durante días y al final lo encharca todo.
La lluvia provoca una riada estrecha y menuda que arrasa con todo.
Las raíces de la vegetación afloran.
Los árboles de menor tamaño se desploman, los grandes se tuercen.
Los arbustos pierden pie.
Los frutos tocan suelo y estallan en colores podridos.
Los charcos son rojos, azules, verdes y amarillos.
El cielo está oscuro, la noche es persistente.
El aire es de plomo, no se puede respirar.
Los refugiados se preparan para el nuevo mundo que hallarán al salir.
La tierra superficial se mueve.
El suelo se abre a mordiscos y migas de asfalto.
Los restos de la ciudad se hunden de nuevo.
La tierra profunda se mueve.
El refugio se agita.
No hay a dónde huir.
Se acerca la Muerte inminente.